¿Puede considerarse imprescindible, o, al menos, necesaria la (in)formación integral de las personas? Obviamente la respuesta es afirmativa. Pero, pensemos un poco más en ello. Una formación integral no sólo conlleva la formación y educación profunda en una disciplina profesional, sino algo mucho más amplio y profundo para sentirse un poco más ser humano: el conocimiento, siquiera elemental, de ciencias y lo que hemos llamado hasta hace poco «letras», y ahora venimos a denominar «ciencias sociales».
No decimos que sea imprescindible un conocimiento de la filosofía y otras materias, ni el …
Los rápidos cambios sociales, económicos y científicos experimentados en los últimos 30 años, hacen cada vez más necesario que los profesionales de la Sanidad asumamos dos retos fundamentales: Primero, implementar fórmulas de gestión clínica innovadoras que promuevan la corresponsabilidad en ofrecer una atención de calidad y equitativa1. Segundo, intentar conjugar las habilidades clínicas con la capacidad de investigar y gestionar el conocimiento, tanto en base a la evidencia científica como a la propia realidad socio-sanitaria en la que desarrollamos nuestra labor.