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La Investigación Biomédica en una Facultad de Medicina y en un Hospital Universitario: la necesidad de cooperación

Juan E. Felíu Decano Comisario Facultad de Medicina de Ciudad Real. Universidad de Castilla-La Mancha.

7 febrero 2012

En una primera impresión, el título del editorial puede parecer una obviedad, algo que se da por hecho. ¿Cómo no van a colaborar en docencia y también en Investigación una Facultad de Medicina y su Hospital Universitario, que en sí mismo, forma parte de la Facultad de Medicina?. Sin embargo, al buen conocedor del funcionamiento de una Facultad de Medicina y de un Hospital Universitario, la afirmación no le parecerá tan extraña.

Por ello, desde la perspectiva personal de investigador y docente, así como de gestor de investigación y de docencia, les presento esta breve reflexión acerca de la necesaria colaboración que en investigación -y no solamente en docencia- debe existir entre los Servicios Clínicos de un Hospital Universitario y la Facultad de Medicina a la que está vinculado, facultad que con frecuencia se identifica exclusivamente, y de manera poco acertada, con los edificios que albergan los Departamentos Universitarios de materias preclínicas.

Varias son las características que definen al Hospital Universitario, entre las que podemos mencionar: 1) su triple actividad, asistencial, docente e investigadora, dirigida en todo momento a la atención y mejora de la salud individual y colectiva de los pacientes de un denominado territorio, y 2) su vinculación por convenio a una Universidad para la docencia del pregrado y postgrado.

En el aspecto docente, hoy en día nadie duda del papel fundamental que el Hospital Universitario desarrolla en la docencia de las materias clínicas que se imparten a los alumnos de las Facultades de Medicina y de otras titulaciones relacionadas con las Ciencias de la Salud. Las ideas defendidas en su tiempo por Sir William Osler (1849-1919), uno de los fundadores de la Johns Hopkins School of Medicine y gran defensor de la integración del Hospital en la formación de los alumnos de Medicina (“teaching at the bedside”), se resumen en la famosa frase “estudiar la enfermedad sin libros es cruzar el mar sin cartas de navegación, pero estudiar libros sin pacientes, no es tan siquiera embarcar”, citada en su libro The Principles and Practice of Medicine: Designed for the Use of Practitioners and Students of Medicine, que se publicó por vez primera en 1892. 1

Así, la educación médica actual basada en la adquisición de competencias específicas, tales como conocimiento, habilidades y destrezas en procedimientos diagnósticos y/o terapéuticos, no se puede desarrollar fuera del ambiente hospitalario. Por otro lado, y en justa correspondencia, el Hospital Universitario precisa incorporar cambios estructurales y funcionales, que permitan una mayor y mejor implicación de la organización sanitaria en la facilitación de la docencia de la medicina. Se precisan cambios en la propia organización, en la “cultura“ que reina en ella y en la gestión del propio centro, orientándola hacia valores propios de la docencia y de la investigación, y no sólo de la asistencia.2

Con todo, y a pesar de no pocas dificultades, en gran parte derivadas de las limitaciones presupuestarias y de la dificultad de conjugar un desarrollo armónico de las carreras profesionales asistencial y docente, el entendimiento y cooperación entre los Hospitales Universitarios y las Facultades de Medicina en el aspecto docente es, en nuestro país, más que aceptable.
Pero, ¿qué ocurre con la investigación biomédica que cada una de las instituciones lleva a cabo?. ¿Existe también esa necesidad de entendimiento y cooperación?. Para responder a esta pregunta, mencionaremos primero una serie de características que definen la investigación biomédica. Así, la investigación biomédica ha venido presentando un amplio abanico de líneas de actuación, que van desde la Investigación fundamental o básica a la Investigación clínica, sin olvidar la Investigación epidemiológica y la Investigación en servicios de salud. A su vez, las actuaciones en materia de investigación pueden realizarse en distintos ámbitos o niveles: el nivel molecular, el celular, el orgánico y el sistémico, el orientado a grupos de población o el referido al análisis del rendimiento técnico y económico del sistema de salud.

El amplio desarrollo que la investigación biomédica ha experimentado en los últimos 30 años en aspectos relacionados -entre otros- con la biología y genética molecular, la genómica, la medicina regenerativa, el diseño de fármacos, la terapia génica, así como los grandes avances en las técnicas físicas de exploración y de análisis de imagen, han puesto de manifiesto la imperiosa necesidad de una rápida y eficiente aplicación de los descubrimientos biomédicos a la práctica clínica, para el diagnóstico, pronóstico, tratamiento y prevención de las patologías que afectan al ser humano. Nace así el concepto de Investigación Traslacional, con el objetivo de “facilitar la transición de la investigación biomédica en aplicaciones clínicas que redunden en beneficio de la salud”.3

La investigación traslacional es, pues, una nueva línea de actuación caracterizada por incorporar aspectos de ciencia básica e investigación clínica. Por esta misma dualidad, requiere un adiestramiento y unos recursos técnicos que no se suelen encontrar en los laboratorios y departamentos clínicos. Del mismo modo, los departamentos básicos universitarios y los centros de investigación no hospitalarios carecen de la adecuada formación en investigación clínica. Por todo ello, surge la imperiosa necesidad de una estrecha colaboración entre los investigadores clínicos de los servicios asistenciales del Hospital Universitario y los investigadores básicos de los departamentos preclínicos de la Facultad de Medicina, y de otros centros de investigación universitarios, para poder llevar a cabo la Investigación traslacional que la sociedad demanda.

El mejor modo de llevar a cabo la necesaria integración de la ciencia básica y la investigación clínica es la creación de INSTITUTOS DE INVESTIGACIÓN en el entorno de los Hospitales Universitarios. Ejemplos de institutos de investigación ligados a hospitales universitarios existen tanto en universidades extranjeras (Chicago, Duke, Pennsilvania, Oxford, Cambridge,…) como nacionales (IDIBAPS ligado a la Universidad de Barcelona, PRBB ligado a la Universidad Pompeu Fabra, VHIR ligado a la Universidad Autónoma de Barcelona o IBIS ligado a la Universidad de Sevilla, por citar algunos de los más relevantes).

En los últimos años, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha venido impulsando la creación y acreditación de Institutos de Investigación Sanitaria en un intento de favorecer el desarrollo de la Investigación Biomédica Traslacional en el entorno hospitalario. El modelo de instituto que el ISCIII propone es el “resultado de la asociación de universidades y otros centros públicos y privados de investigación a los hospitales docentes e investigadores del Sistema Nacional de Salud”4. Estos Institutos de Investigación Sanitaria deben poseer una estructura directiva y de gestión propias, y entre sus cometidos figuran los siguientes: 1) Permitir -en el contexto hospitalario- la colaboración entre la investigación básica, clínica, epidemiológica y en servicios de salud. 2) Fomentar la aproximación multidisciplinar a los problemas de salud. 3) Facilitar la colaboración en investigación entre el sistema sanitario, la universidad y la empresa. 4) Constituir la ubicación preferente de las grandes instalaciones de investigación biomédica. 5) Constituir los nodos de las grandes plataformas: CAIBER, Biobancos, etc. y 6) Promover la I +D+I y gestionar la transferencia de conocimiento y tecnología.

Los Institutos de Investigación Sanitaria se convierten así en el motor de la Investigación, del Desarrollo y la de Innovación biomédicas, integrando los conocimientos y tecnologías del Hospital Universitario con los de la Universidad, otros centros de investigación y empresas del entorno. De su adecuada estructuración y funcionamiento son muchos los frutos que se pueden obtener en el orden asistencial, científico y económico, que sin lugar a dudas reportarán beneficios en servicios de salud y en desarrollo socio-económico a los ciudadanos de su área de influencia.

BIBLIOGRAFÍA

1.- Osler W. The Principles and Practice of Medicine: Designed for the Use of Practitioners and Students of Medicine. New York and London, 8º edición: D Appleton and Company. 1912.
2.- Millán Núñez-Cortés, J, García-Seoane, J., Calvo-Manuel E., Díaz-Lobato, R., Calvo-Manuel, F., Nogales-Espert, A. Relaciones de la facultad de medicina con el hospital universitario. La enseñanza de la medicina clínica. Educ. Med. 2008; 11:3-6.
3.- Wehling, M. Translational medicine: science or wishful thinking?, J. Transl Med 2008: 6: 31-37.
4.- Cita on-line: http://www.isciii.es/ISCIII/es/contenidos/fd-investigacion/fd-acreditacion/institutos- investigacion- sanitaria.html