El virús Zika, nueva amenaza global
Dr. Pedro Luis Romera Garrido.
Dra. Mª Victoria Caballero Martínez.
Servicio de Medicina Preventiva. GAICR
El virus Zika, un virus que se conocía desde mediados del siglo XX y que parecía localizado en algunos países de África y Asia, ha trascendido su hábitat natural y se ha extendido desde 2007 primero al Pacífico, para después llegar a América cobrando una importancia capital en el 2015 y principios del 2016 con más de un millón de casos por todo el mundo. Este hecho y sobre todo la asociación de este virus con el nacimiento de recién nacidos con microcefalia ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar la alerta mundial en febrero de 2016i.
El virus Zika (VZ) fue aislado por primera vez en 1947 en un macaco Rhesus (Macaca mulatta) en el bosque de Zika, cerca de Entebbe en Uganda, a través de una red de monitoreo de fiebre amarilla selvática. Posteriormente en 1952 se identificó en el ser humano en Uganda y la República Unida de Tanzaniaii.
Desde entonces se han registrado brotes de enfermedad por este virus tanto en África, como en Asiaiii y el Pacíficoiv, y desde el año pasado en más de 24 países de Américav.
Es un virus del género Flavivius que pertenece a la familia Flaviviridae (a la que pertenecen otros virus como el de la fiebre amarilla o el dengue con los que comparten muchas características epidemiológicas). Se transmite por picadura de la hembra de mosquito del género Aedes, principalmente el A. aegypti, pero también mosquitos arborícolas de la misma familia como el A. africanus, A. hensilli, A. luteocephalus y A. vitattus3.
El riesgo potencial de infección con el VZ está en relación lógicamente con la distribución de los mosquitos Aedes que lo transmiten. El principal vector el A. aegypti, se está expandiendo debido al comercio global y los viajes internacionales. Actualmente la distribución del A. aegypti es la más extensa jamás registrada, encontrándose prácticamente en todos los continentes, incluidas América del Norte y la periferia de Europavi.
En España la distribución del A. aegypti es prácticamente testimonial, como acredita el mapa 1 de los ECDC (European Centers for Disease Control and Prevention). No sucede lo mismo con otro potencial vector del VZ el A. albopictus (mapa 2). Hasta el momento no se ha podido demostrar la transmisión del VZ por A. albopictus, aunque algunos autores señalan esta posibilidad dado el comportamiento de este mosquito con otras enfermedades en las que se ha evidenciado su comportamiento como vector, como la fiebre del Nilo Occidental o el dengue.
MAPA 1
Mapa 1. Distribución del A. aegypti en Europa. Fuente ECDC (enero 2016)
En cualquier caso, el riesgo de transmisión de VZ en España se considera hoy por hoy muy bajo. Esto no significa que haya que bajar la guardia. Al contrario, como establece el Ministerio de Sanidad en su circular informativa nº 1, para la enfermedad por VZ, dirigida a los Centros de Vacunación Internacional, se insiste en las medidas de protección individual (uso de repelentes y mosquiteras) que eviten las picaduras de mosquitos para aquellos viajeros cuyo destino sean países donde se hayan declarado casos. Esto se aplica en particular a las mujeres embarazadas y que estén tratando de quedarse embarazadas, debiéndose aplicar durante todo el día, especialmente a media mañana y por la tarde hasta al anochecer, que son los períodos de mayor actividad de dichos vectores.
El fin de todas estas medidas es evitar la introducción y la transmisión autóctona del VZ en Europa, continente donde prácticamente todos los casos de VZ son importados.
Además de estas y otras medidas recomendadas durante el viaje, aquellos viajeros que regresen de áreas afectadas por VZ y que presenten síntomas compatibles con dengue, Chikungunya o enfermedad por VZ, dentro de las tres semanas siguientes al regreso de una zona afectada deben recibir atención médica. En el caso de las mujeres embarazadas se debe confirmar el diagnóstico y seguir el protocolo establecido y las indicaciones del especialista en ginecología y obstetricia.
Mapa 2. Distribución del albopictus en Europa. Fuente de ECDC enero2016
Los viajeros que regresen de áreas con transmisión activa de VZ deben considerar el uso de preservativo con su pareja femenina embarazada o que prevea quedarse embarazada durante 28 días después de su regreso del viaje, si no han tenido ningún síntoma compatible con la infección. En el caso de que hayan sufrido una infección por VZ, confirmada por laboratorio, el uso del preservativo deberá extenderse hasta los 6 meses tras la superación de la enfermedad.
Fig. 1. Folleto de recomendaciones para viajeros a un país con transmisión de virus Zika
(disp. en: http://msssi.es/profesionales/saludPublica/zika/recomendaciones/home.htm)
La enfermedad por VZ produce una sintomatología leve que en muchas ocasiones puede pasar desapercibida. Los síntomas se inician entre los tres y doce días tras la picadura del mosquito infectado e incluyen febrícula, erupción cutánea maculopapular, artralgia, mialgia, cefalea, conjuntivitis o astenia. Estos síntomas suelen durar de 2 a 7 días y, por lo general, se resuelven sin secuelas. Es más, en muchos casos son indistinguibles en su comienzo con otras patologías endémicas de países tropicales como el Chikungunya o el dengue, entre otros, patologías con las que debería hacerse el diagnóstico diferencial.
En 2007 durante un brote de enfermedad por VZ en la Isla de Yap, en Micronesia, con más de 900 afectados, no se registró ninguna muerte atribuible al brote, ni fue necesaria la hospitalización de ningún caso. A. hensilli fue el mosquito predominante identificado, aunque no se pudo aislar el VZ en esta especie. Este brote fue el primero descrito fuera de África y Asia (anteriormente se habían descrito casos de VZ en India, Pakistán, Malasia, Filipinas…). De esta forma se constató la propagación del virus a través del Pacíficoi.
En este brote ya se planteaban los autores la posibilidad de que algún paciente asintomático infectado, que hubiera venido de Filipinas, hubiera introducido la enfermedad en la isla. De la misma manera ya adelantaban que, por el mismo mecanismo, el VZ podría extenderse a otras islas de Oceanía e incluso a las Américas como ha pasado posteriormente.
Hasta 2013 no se tenía registro de que el VZ pudiera causar muerte, ni se había relacionado con infecciones uterinas o anomalías congénitas del sistema nervioso central, ni se había relacionado con el síndrome de Guillain-Barré (GBS). Es ese año, 2013, cuando por primera vez aparece el VZ en la Polinesia Francesa y en Nueva Caledonia. Los ECDC en 2014 en su evaluación del riesgo de este brote describen por primera vez una posible relación entre el VZ y complicaciones neurológicas y autoinmunes, aunque en aquel informe lo situaban en un contexto de circulación concomitante de dos serotipos del virus del dengueii.
En mayo de 2015, en la siguiente evaluación del riesgo del brote, que ya afectaba a gran parte de Sudamérica, fundamentalmente a Brasil, se hace referencia a estos problemas neurológicosiii. Y se establece una clara relación entre VZ y GBS, pues ya se tenían registrados 37 casos de GBS con infección por VZ en el anterior brote de la Polinesia Francesa. Añaden además la posibilidad de transmisión transplacentaria y que el virus se ha aislado también en semen, por lo que la transmisión sexual también es posibleiv.
Será en noviembre de 2015, tras la declaración por parte de Brasilv de un aumento inusitado, inesperado e inexplicado de microcefalias en el seno del brote de enfermedad por VZ, cuando la asociación apareció como más evidentevi. En el mes siguiente se asoció, además, al GBSvii. En estos momentos del brote ya se han descrito más de un millón de casos en Brasil como se puede objetivar en los mapas aportados por la OMS donde se describe la extensión del VZ por todos los países de América en el último añoviii.
En el momento actual, al igual que sucede con otras enfermedades transmitidas por mosquitos (dengue, Chikungunya, fiebre del Nilo Occidental…) no hay tratamiento específico de la enfermedad. Tampoco se dispone de vacuna efectiva, aunque ya se han empezado a desarrollar varias líneas de investigación, al igual que sucediera en 2014 con el brote de Ébola en África Occidental. Por lo tanto, hasta que se disponga de una cosa u otra, la única herramienta útil frente al VZ es la prevención primaria con las medidas ya comentadas.
MAPA 3
Mapa 3. Propagación de casos de infección por virus Zika 1947-2016.
Fuente: OMS (7 abril 2016).
Con la información disponible hasta la fecha, el 80% de las infecciones por VZ son asintomáticas. Por otro lado, el riesgo de transmisión en España es muy bajo. Esto, en conjunto, no debería representar un riesgo para la Salud Pública. Sin embargo, hasta que se obtenga más evidencia de la relación causal de este virus con microcefalias y síndrome de Guillain-Barré y se pueda, por lo tanto, evitar estas temibles complicaciones, dado que la enfermedad actualmente no tiene tratamiento ni vacuna, se deben seguir escrupulosamente las medidas recomendadas por la autoridad sanitaria para impedir que el virus se introduzca en Europa y colonice así el último continente que le queda por conquistar.
Hasta el 4 de abril de 2016, fecha del último informe disponible, en España se ha confirmado infección por virus Zika en 64 personas, todas ellas tras haber visitado países afectados, por lo que se trata de casos importados. Además, desde la implementación del protocolo de vigilancia de enfermedad por el virus Zika, en febrero de 2016, las comunidades autónomas de Cataluña y Andalucía han confirmado 16 y 2 casos importados, respectivamente, adicionales.
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