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Prolapso intravaginal de trompa de falopio tras histerectomía

12 mayo 2016

María León Molina*, Ana González López*, Fernanda Relea Calatayud**, Francisco José Martín Dávila**.
*Servicio de Ginecología. Hospital General Universitario de Ciudad Real.
** Servicio de Anatomía Patológica. Hospital General Universitario de Ciudad Real.

 

AUTOR PARA CORRESPONDENCIA:
María León Molina
c/ Obispo Rafael Torija s/n. 13005 Ciudad Real
Teléfono 926278000.
maria.leon.molina.m@gmail.com

Este estudio no tiene financiación ni los autores presentan conflictos de intereses.

 

 

 

Palabras clave: prolapso de trompa de Falopio, posthisterectomía, cúpula vaginal.
Resumen
Describimos el caso de una paciente con prolapso de trompa de Falopio tras histerectomía vaginal hacía 6 meses por lesión intraepitelial cervical. Se objetivó una masa rojiza en la cúpula vaginal que fue resecada. Esta entidad es una rara complicación tras la histerectomía, cuyo diagnóstico se basa en el estudio histológico y su tratamiento definitivo es la extirpación quirúrgica.
Keywords: Fallopian tube prolapse, posthysterectomy, vaginal vault.
Abstract
We described a case report of a patient with Fallopian tube prolapse, after vaginal hysterectomy 6 months ago due to cervical intraepithelial lesion. We observed a red mass in the vaginal vault which was removed. This pathological entity is a rare complication after hysterectomy, the diagnosis is histological and it definitive treatment is the surgical removal.

INTRODUCCIÓN
El prolapso de trompa uterina es una rara complicación descrita alrededor del 0,1% tras la realización de una histerectomía, apareciendo hasta en el 0,5% si se realiza vía vaginal y 0,06% vía abdominal1. La clínica es inespecífica, desde formas asintomáticas hasta leucorrea vaginal, sangrado postcoital, dispareunia o dolor abdominal, encontrando a la exploración un nódulo o una masa rojiza en la cúpula vaginal2. El diagnóstico definitivo es el estudio histológico de la biopsia de la lesión. Describimos el caso de una paciente con esta entidad y se discute sobre el manejo diagnóstico y opciones terapéuticas.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Mujer de 34 años de edad que acude a consulta de ginecología para revisión tras histerectomía total. Tenía antecedentes de cuatro partos eutócicos, sin abortos, oclusión tubárica bilateral hacía cinco años, una conización cervical por neoplasia intraepitelial (CIN) de grado II dos años atrás e histerectomía total vía vaginal hacía seis meses por persistencia de CIN II, en la cual hubo como incidencia apertura de cúpula vesical que se reparó. Además, fue necesario reintervenir en el postoperatorio inmediato por hemoperitoneo debido a un vaso sangrante en cara anterior de vagina.
La paciente acude a consulta refiriendo leucorrea amarillenta como único síntoma. A la exploración física, se visualizaron genitales externos y vagina de aspecto normal, leucorrea no maloliente en vagina. Se objetivó una formación polipoidea en la cúpula vaginal de un centímetro de diámetro, de aspecto granulomatoso, color rojizo y consistencia elástica. Se extirpó dicha formación vía vaginal y se envió para estudio anatomopatológico. En éste se visualizó un área con revestimiento fímbrico o papilar, con tallos ensanchados y revestidas por células cilíndricas que presentaban cilios en su polo apical (Figura 1 y 2). Con estos hallazgos descritos, se hizo diagnóstico de prolapso de trompa uterina. Tras informar a la paciente acerca de la benignidad de esta entidad, y ante la falta de sintomatología tras la excisión vaginal para la toma de biopsia, se decidió de forma conjunta mantener actitud expectante, y en caso de reaparición de síntomas, volver a consultar para nueva valoración.

 

 

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Figura 1. Se muestra imagen histológica con tinción de hematoxilina-eosina. A poco aumento (60x) se aprecia, en la superficie del fragmento, las fimbrias de la trompa uterina (flechas) que se muestran ensanchadas al contener inflamación crónica de carácter inespecífico. A mayor aumento (600x), en el recuadro, se pueden observar los penachos de cilios que caracterizan a las células epiteliales que revisten interiormente la trompa uterina.

 

 

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Figura 2. Imagen de epitelio característico de la trompa uterina con células cilíndricas y cilios en polo apical.
DISCUSIÓN
El prolapso de trompa uterina es una rara complicación que aparece tras la histerectomía y está favorecido por condiciones anatómicas de la trompa (longitud de la misma y cercanía con la vagina), defectos en el cierre del peritoneo o una apertura dentro de la cúpula vaginal3, debiendo existir una comunicación entre la cavidad peritoneal y el canal vaginal a través del cual se herniará la trompa uterina. Otros factores que predisponen su aparición son fiebre postoperatoria, hematomas, procedimiento dificultoso o hemostasia inadecuada4, tal como ocurrió en nuestro caso anteriormente descrito.
Como sucedió en nuestra paciente, el prolapso suele aparecer tras varios meses de la intervención, si bien el tiempo descrito en la literatura desde que se realiza la histerectomía varía desde los 122 días hasta los 32 años postcirugía. La edad de aparición media se encuentra sobre los 40 años, aunque oscila entre los 27 y 75 años5.
El diagnóstico definitivo es mediante biopsia y estudio anatomopatológico6. En la histología se observa un patrón complejo de estructuras tubulares, glandulares y papilares. El agrupamiento nuclear y la estratificación son comunes, siendo difícil localizar células ciliadas o columnares secretoras típicas de la trompa de Falopio, como se aprecian en la biopsia de nuestro caso. Es frecuente encontrar células inflamatorias y tejido de granulación y es raro visualizar fimbrias, pero su hallazgo permite descartar adenocarcinoma, que es el principal diagnóstico diferencial7.
Aunque se ha descrito la resolución espontánea, el tratamiento local con nitrato de plata o la excisión vaginal8, actitud que hemos tenido con nuestra paciente, el tratamiento definitivo es quirúrgico individualizando en cada caso ya que no hay consenso ni evidencia científica sobre qué técnica ni qué abordaje es mejor. La salpinguectomía total y el cierre de la cúpula vaginal parece ser lo más recomendado ya que si la resección es parcial pueden permanecer los síntomas. El abordaje puede ser vaginal o por laparoscopia, el cual garantiza mejor exploración no siendo infrecuente la presencia de adherencias, si bien la vía vaginal tiene menos complicaciones. Algunos autores postulan la realización sistemática de salpinguectomía al realizar histerectomía simple para la prevención de esta entidad 5,9.
CONCLUSIÓN
El prolapso de trompa uterina es una entidad poco frecuente, de difícil diagnóstico clínico, que requiere de manera obligatoria el estudio histopatológico para su confirmación y posterior tratamiento quirúrgico con excelente pronóstico.

BIBLIOGRAFÍA
1. Niño-Hernández, ML. Prolapso de trompa uterina: reporte de casos y revisión de la literatura. Rev Colomb Obstet Ginecol 2011;62 (3).
2. Fan QB, Liu ZF, Lang JH, Sun DW, Leng JH et al. Fallopian tube prolapse following hysterectomy. Chin Med Sci J 2006; 21(1): 20-23.
3. Zutshi V, Aggarwal P, Batra S. Post-hysterectomy fallopian tube prolapse: elementar y yet enigmatic. J Turkish-German Gynecol Assoc 2008;9:117-9.
4. Sanklecha VM, Sisodia SM, Ansari S, Pol S. Posthysterectomy fallopian tube prolapse. Journal of Mid-Life Health. 2012;3(1):40-41.
5. Ouldamer L, Caille A, Body G. Fallopian tube prolapse after hysterectomy: a systematic review. PLoS One. 2013; 7;8(10):e76543.
6. Bernard B. Intravaginal prolapse of the fallopian tubefollowing vaginal hysterectomy. Am J Obstet Gynecol. 1982. 143(8):970-1.
7. Zaino RJ, Nucci M, Kurman R. Blausteins Pathology of the Female Genital Tract. 6th ed. Springer; 2011.
8. Ramin SM, Ramin KD, Hemsell DL. Fallopian tube prolapse after hysterectomy. South Med J 1999;92:963-6.
9. Lo KW, Law W, Yip SK. The role of laparoscopic surger y in the management of tubal prolapse: a 7 case series and literature review. Surg Innov 2007;14:24-6.