El investigador básico en el ambiente clínico: hacia un idilio traslacional
José Manuel Pérez Ortiz.
Unidad de Investigación Traslacional. Hospital General Universitario de Ciudad Real.
AUTOR PARA CORRESPONDENCIA:
José Manuel Pérez Ortiz.
Hospital General Universitario de Ciudad Real.
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Palabras clave: Investigación básica, Investigación traslacional.
El investigador básico en Biomedicina, denominado así no por su escasa formación o preparación académica-profesional sino por el contexto inicial en el que desarrolla su tarea, alejado de la clínica y del nivel asistencial, tiene la oportunidad de transformar su perfil hacia uno más aplicado mediante la investigación traslacional. Todos reconocemos que el investigador básico es fundamental para la generación de nuevos conocimientos que son transformados en aplicaciones que mejoran la salud. Y es que la investigación es el motor de la traslación. Contar con una buena investigación básica y aplicada es el mejor soporte para alcanzar resultados traslacionales. La Investigación traslacional siempre está orientada a obtener un beneficio para el paciente1. Es preciso considerar a la Investigación traslacional como un círculo que comienza con la investigación básica, continúa con la investigación preclínica y tiene su máxima expresión en la investigación clínica a través del desarrollo de los ensayos clínicos. Pero, además, esta última a menudo sugiere hipótesis, ideas y conceptos que son trasladados de nuevo a la investigación preclínica e incluso a la básica2. Pero junto a este reto tan loable surgen una serie de consideraciones que han de tenerse en cuenta a la hora de embarcar a los investigadores básicos en el camino que va desde el laboratorio hasta la cabecera de la cama del paciente3. Paso a describirlas:
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Colaboración básicos con clínicos, y viceversa: en nuestra época la Investigación unipersonal es prácticamente inexistente. De hecho levanta sospechas cuando así se produce. Los trabajos surgen de la participación de varios investigadores, varios grupos, o varias instituciones y consorcios. En lo que nos ocupa, la colaboración básico-clínica es imprescindible, y un tema recurrente que surge es la separación, llamémosle ‘cultural’, que hay preestablecida. El investigador básico puede pensar que la investigación controlada que desarrolla bajo una hipótesis bien definida es más rigurosa que la investigación descriptiva o dirigida que desarrolla con pacientes el investigador clínico. Por otro lado, el investigador clínico puede creer que su trabajo es más importante ya que puede tener más relevancia para la salud. Estas percepciones inhiben colaboraciones y retraen a muchos investigadores básicos de embarcarse en proyectos traslacionales. Pero incluso cuando los básicos están dispuestos, a veces se dan cuenta que no hablan el mismo idioma que los clínicos. Esto se produce porque no existe la misma formación en aspectos tales como la fisiología y la fisiopatología humanas, donde se basa el conocimiento de la salud humana y de las enfermedades, y porque en muchas ocasiones los investigadores básicos no están suficientemente familiarizados con algunos conceptos que resultan esenciales en medicina y biología de sistemas. Por lo tanto, se debe salvar la separación, también a veces física por ubicaciones departamentales distintas, entre investigadores básicos y clínicos para que interactúen entre ellos, y con los pacientes y otros médicos, para que busquen sinergias y aprendan los unos de los otros.
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Los investigadores básicos interesados en iniciar o colaborar en proyectos de investigación que impliquen estudios en humanos muchas veces se enfrentan a una serie de requerimientos reguladores farragosos a los que no están habituados. En comparación con los estudios mecanísticos, los traslacionales que reclutan a pacientes suelen precisar mayores plazos de tiempo para llevarse a cabo, y ello redunda en una menor producción de publicaciones con la subsiguiente repercusión negativa en promociones futuras o comités de evaluación profesional. Aunque es preciso recalcar que, una vez publicado, un trabajo traslacional de nivel medio-alto suele alcanzar un mayor impacto.
Llegados a este punto, se pueden plantear una serie de recomendaciones a nivel de las entidades financiadoras, de las instituciones de acogida, e incluso de los propios investigadores básicos para que se reciba mejor formación en investigación traslacional, mayor financiación y recursos, se fomenten las colaboraciones con investigadores clínicos, médicos e industria, y se reconozca y valore la aportación de los científicos básicos a la investigación traslacional. Pasemos a analizarlo de manera más detallada:
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Primero, las agencias financiadoras públicas y privadas deben continuar apoyando la ciencia básica porque es la fuente de nuevo conocimiento susceptible de traslación. Al mismo tiempo, deben dotar de las infraestructuras, recursos y programas de entrenamiento necesarios para que los investigadores básicos pasen a la investigación traslacional, promocionando la interacción entre básicos y clínicos. De manera global, las agencias financiadoras poseen la información sobre los resultados de los programas y políticas de investigación traslacional, con lo que deben identificar y replicar las estrategias más exitosas.
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Segundo, los centros de investigación biomédica deben alentar la colaboración, comunicación y respeto entre científicos básicos y clínicos. Han de apoyar los programas de investigación traslacional y facilitar la formación requerida para que se adquieran los conocimientos precisos de las normativas de los estudios con humanos, de los ensayos clínicos y de la propiedad intelectual. Dichos centros deben promocionar actuaciones que aseguren el reconocimiento y la recompensa de aquellos investigadores básicos que realizan aportaciones valiosas a los equipos interdisciplinares y traslacionales de los que forman parte.
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Tercero, los propios investigadores básicos, como máximos responsables del avance de sus proyectos de investigación en el ámbito traslacional, deben saber definir los problemas de salud con la misma precisión con la que plantean sus hipótesis en ciencia básica. Es recomendable que busquen ayuda en investigadores de distintas disciplinas si así lo requieren, y que se enriquezcan con distintos puntos de vista. Deben continuar adquiriendo los conocimientos y destrezas precisos para desarrollar la investigación traslacional de manera satisfactoria. Y dentro de un Hospital Universitario como en el que nos encontramos, se podría incluso fomentar la rotación de investigadores básicos en los servicios hospitalarios como parte de su formación investigadora, promoviendo la movilidad de los investigadores académicos y clínicos4. Las estancias deberían ser obligatorias para aquellos investigadores que contemplen participar en proyectos traslacionales2.
Ya para concluir, la carrera profesional de los científicos básicos permanece muy poco clara, y esto aplica muy especialmente al ámbito de las instituciones sanitarias, que es donde la Investigación traslacional suele desarrollarse mayoritariamente. Debe emprenderse un mayor esfuerzo de consolidación de los investigadores hospitalarios habilitando los mecanismos adecuados desde los ámbitos competenciales específicos5,6.
BIBLIOGRAFÍA
1.- Luís Fernando Alguacil, Elisabet Salas, Carmen González-Martín: ¿Qué es la investigación traslacional?. Apuntes de Ciencia. Boletín Científico HGUCR 2011 Vol. 1 (2): 18-24.
2.- Investigación Traslacional: Aprendiendo a escuchar 2013. Fundación Gaspar Casal. Varios autores. ISBN: 978-84-695-9159-2.
3.- Jennifer A. Hobin and Richard A. Galbraith. Engaging Basic Scientists in Translational Research. The FASEB Journal 2012 (26), 2227-30.
4.- Juan E. Felíu Albiñana. La investigación biomédica en una Facultad de Medicina y en un Hospital Universitario: La necesidad de cooperación. Apuntes de Ciencia. Boletín Científico HGUCR 2011 Vol. 1 (4): 3-7.
5.- José Luís de Sancho Martín. La investigación en tiempos de crisis y su gestión en el SESCAM. Apuntes de Ciencia. Boletín Científico HGUCR 2012 Vol. 2 (3): 3-7.
6.- Juan Fernández Martín. La Investigación en Ciencias de la Salud en Castilla-La Mancha en el marco de la Unión Europea. Apuntes de Ciencia. Boletín Científico HGUCR 2013 Vol. 3 (2): 3-7.
Palabras Clave: Investigación básica, investigación traslacional