Verdugo G.

Investigación, Docencia, Formación, Calidad y Biblioteca (IDFCyB). GAI-CR.

El 14 de marzo de este año se declaró el Estado de Alarma en España por la pandemia COVID-19 (SARS-CoV-2). Esto supuso un cambio radical en nuestra forma de vivir, trabajar y relacionarnos. En el ámbito sanitario (Atención Primaria, Atención Hospitalaria y Atención Socio-sanitaria), la adaptación ha afectado al personal que ejerce cuidados directos a pacientes o sus muestras biológicas, y también a aquellos que, desde otras áreas ejercen su labor (Gestión, infraestructuras, servicio de Limpieza, administrativos, profesionales del servicio de prevención de riesgos laborales, Medicina Preventiva y Salud Pública, Informática, Mantenimiento, Suministros y Almacén, etc). Los investigadores de nuestra gerencia, con formación específica en técnicas de laboratorio, pasaron a apoyar la realización de pruebas PCR de forma masiva, asumiendo el riesgo biológico consecuente. Los compañeros preventivistas, completaban turnos interminables en la Delegación de Sanidad o a nivel de Servicios Centrales para responder a una situación de riesgo extremo en Salud Pública. Desde la Dirección de Gestión se afrontaba la abrumadora dificultad de conseguir la protección adecuada para nuestros profesionales, o los medios diagnósticos requeridos para el manejo de la enfermedad. Informática habilitaba para numerosos compañeros la opción del trabajo remoto o la reubicación de sistemas. Se instalaban mamparas, se modificaba la instalación eléctrica y logística para aumentar la ocupación de camas en nuestro hospital.

Mil ejemplos que han afectado todas las unidades, servicios, centros de salud, consultorios, residencias y dispositivos de transporte sanitario. El entorno físico de nuestros centros se transformó, dependíamos de protocolos frecuentemente cambiantes.