La Investigacion En Tiempos De Crisis Y Su Gestion En El Sescam
José Luis de Sancho Martin. Gerente del Hospital General Universitario de Albacete
Que los hospitales y los centros de atención primaria son centros de salud y conocimiento donde además de tratar de recuperar la salud perdida por los ciudadanos se lleva a cabo en mayor o menor medida investigación epidemiológica, básica, clínica y traslacional es una obviedad, más aún aquellos centros de ámbito universitario como buena parte de los hospitales públicos de España en general y Castilla-La Mancha en particular.
Téngase en cuenta que los mayores activos de que dispone un centro asistencial son los pacientes que atiende y sus profesionales, médicos, biólogos, farmacéuticos, químicos, enfermeras, fisioterapeutas, técnicos, otros profesionales que participan de una forma u otra en los procesos asistenciales, y de otros varios que no siendo asistenciales pueden llevar a cabo igualmente investigación en otras facetas ligadas a los centros asistenciales como los sistemas de información, las tecnologías o la propia gestión o evaluación de servicios de salud.
Algunos centros han sido acreditados en los últimos años por el Instituto de Salud Carlos III como Institutos de Investigación, fundamentalmente los grandes hospitales terciarios de nuestro país y mayoritariamente, los ubicados en las Comunidades autónomas de Madrid, Cataluña y Andalucía entre otras, sin que ninguno de Castilla-La Mancha lo haya sido hasta la fecha, a pesar de algún intento fallido del pasado.
Una faceta de la I+D+i, la innovación, ha tardado años en comenzar a desarrollarse en el conjunto del país y no es ajeno a ello la red asistencial, con todavía escasas iniciativas en marcha, casos de algunos hospitales de Madrid y Cataluña en los últimos cinco años, pero creciendo la inquietud innovadora con fuerza recientemente.
Como reza el titulo del editorial nos encontramos ante una nueva situación para la I+D+i en nuestro País, una crisis global que incide de lleno en el sector sanitario, y muy especialmente en la actividad investigadora en ciencias de la salud, insertándose sobre un contexto, el de la investigación e innovación en España, nunca favorecido tanto como para equipararnos con el entorno europeo de los 17 al que pertenecíamos antes de su ampliación a 25, circunstancia que tuvo el efecto perverso de aparentar que nos equiparábamos en porcentaje sobre el PIB, con los países más desarrollados de Europa, sin haber alcanzado nunca aquellas previsiones de gobiernos anteriores al actual de situarnos en el 2% sobre el PIB.
Con todo, los primeros años del siglo XXI fueron años en los que, aun con reducciones presupuestarias sucesivas, se pudo obtener en el sector de la biomedicina y la biotecnología financiación proveniente de agencias públicas, particularmente el Instituto de Salud Carlos III, a través de las diversas líneas de la Acción Estratégica de Salud (AES), en el marco del Plan Nacional de I+D+i, que posibilita desarrollar las convocatorias nacionales competitivas a las que estamos acostumbrados.
Así mismo en ese contexto, pudieron desarrollarse las redes de investigación RETICS, el subprograma de proyectos de investigación en Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Servicios de salud, los Consorcios de investigación en red, CIBER, o finalmente, la creación del Consorcio CAIBER para el desarrollo de ensayos clínicos no comerciales como primer objetivo de este Consorcio, actualmente en vías de desaparición.
Las ayudas para la generación de infraestructura investigadora del ISC III sirvió a muchos centros de estimulo para generar Unidades de investigación tanto en los hospitales como en los centros de atención primaria y la organización de la gestión de la investigación en torno a modelos de gestión de Fundación en el seno de dichos centros asistenciales posibilitó avanzar significativamente en la captación de fondos públicos y privados, resolver los problemas de gestión a los investigadores, impulsar las becas pre y posdoctorales de jóvenes investigadores o la génesis de bioincubadoras de empresas , así como incrementar la generación de patentes, antes escasas en el ámbito sanitario, o la captación en mayor medida de fondos provenientes del mecenazgo privado.
Paralelamente la actividad investigadora propiciada por la iniciativa privada particularmente por la industria farmacéutica y tecnológica financiando ensayos clínicos en diversas líneas de investigación como la oncología, la neurología, la cardiología, la endocrinología o en las enfermedades raras, así como la financiada por convocatorias específicas de Fundaciones y Asociaciones como la Asociación Española contra el Cáncer, posicionaron la I+D+i en un razonable contexto que posicionó a nuestros investigadores en una mejor posición internacional en publicaciones científicas de alta calidad, incrementando notablemente su factor de impacto en la práctica totalidad de especialidades y líneas de investigación, participando más en convocatorias europeas de los sucesivos Programas Marco, lo que permitía aventurar un razonable futuro para la investigación biosanitaria de España, aun siendo deficitaria también la financiación privada comparativamente con otros países europeos y más aun con Estados Unidos o Canadá.
¿De que manera está afectando la crisis a la I+D+i en el sector salud? De forma grave y persistente.
El gasto español en I+D+i es en la actualidad del 1,35 % del PIB y el referente europeo que es Alemania está en el 2,8 %. Por mucho que se diga que los presupuestos destinados a investigación crecen globalmente, lo cierto es que parece que decrecerán en 2013 un 7,21% en su conjunto, según el anteproyecto de presupuestos presentado recientemente a discusión parlamentaria. El anteproyecto prevé una reducción del 23% de los fondos no financieros del Programa de Fomento y coordinación de la investigación” y el “Fondo nacional” que integra las convocatorias de proyectos del Plan Nacional de Investigación y las de Recursos humanos pierde cerca de 70 millones de euros, disminuyendo el número de ayudas doctorales respecto de 2011, anulándose convocatorias como la de contratos posdoctorales en el extranjero y retrasando meses la convocatoria de las becas Ramón y Cajal y Juan de la Cierva, que disminuyen también en número significativamente.
Si tenemos en cuenta que también las Universidades públicas están sufriendo consecuencias similares y en buena parte la producción científica de estas está vinculada a su relación con los centros sanitarios convenidos con ellas a través de sus respectivos Servicios de salud, entenderemos que los impactos negativos de esta situación se multiplican.
¿Y como puede describirse esta situación en Castilla-La Mancha y en el Sescam?
Desde la visión de un casi recién llegado a Castilla-La Mancha , proveniente además de Cataluña, una de las CC.AA tradicionalmente con mayor empuje investigador y de un centro hospitalario del mayor prestigio investigador como es el Hospital Universitario Vall d`Hebron , adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona, he de confesar abiertamente que la situación que voy conociendo de la I+D+i globalmente considerada, me trasmite cierto pesimismo, motivo precisamente por el cual he asumido el reto de tratar de mejorar las cosas en el ámbito de los centros y profesionales del Sescam y por qué no del conjunto de la Comunidad.
Para empezar, observo preocupado que falte aquí esa necesaria visión política que se aprecia en Cataluña para, desde sus gobiernos y sea cual sea su tendencia, impulsar la investigación y la innovación como parte fundamental de la estrategia política para el desarrollo competitivo de un país o región. Está dicho por muchos políticos e investigadores que sin investigación no existe el futuro y esa es la primera premisa a modificar en nuestro entorno. Ciertamente para ello hay que invertir en conocimiento y la crisis lo ha puesto difícil pero es una cuestión de prioridad de país avanzado, más aún cuando es un hecho que se tiene un Sistema Nacional de salud muy evolucionado, con profesionales de primer nivel y reconocido por los ciudadanos.
Obviamente esta situación de crisis está afectando de forma general a toda la comunidad investigadora nacional y Castilla-La Mancha no es una excepción a la regla, lo cual no ha de servirnos de consuelo ni mucho menos, porque se suman otros elementos que en mi criterio agravan la situación en esta Comunidad y en el Sescam.
Lo que yo observo aquí es que Universidad y Sescam no tienen salvo excepciones la necesaria sinergia, más necesaria ahora que nunca, para sumar estrategias conjuntas, recursos humanos o estructuras físicas y que se ha vivido de espaldas sin explotar al máximo el articulado del Convenio firmado en 2003, probablemente por la bisoñez de la UCLA y el diferente momento económico que entonces se vivía. Algo por tanto a corregir urgentemente.
La financiación pública de proyectos ha sido limitada siempre y más en estos últimos años, no llegando de forma rápida a sus promotores por un exceso de burocracia administrativa propiciada por la existencia de organismos “intermediarios” tal vez necesarios pero que no han cumplido con su función a satisfacción de los investigadores. Este ha sido el caso de los entes creados en el pasado como la Fiscam o la más reciente Fundación Socio Sanitaria, adscrita a la Consejería de Sanidad y Bienestar Social, que retienen en exceso los fondos finalistas de los proyectos o ayudas de investigación, incluso siendo promotores de ayudas anuales, que llegan tarde y mal a sus destinatarios finales.
La propia gestión de ayudas , proyectos y ensayos clínicos se ha visto dificultada en mi opinión por la inexistencia de entes “instrumentales” de éxito probado en hospitales públicos y privados de otras CC.AA como son las Fundaciones de Investigación, si exceptuamos la vigente Fundación Nacional del Hospital de Parapléjicos en el ámbito del Sescam.
Este cúmulo de problemáticas tiene a la comunidad científica desorientada y preocupada por su futuro por cuanto se está viendo como desaparecen jóvenes investigadores de nuestros centros sin que podamos hacer gran cosa desde la dirección de los centros sanitarios limitados presupuestariamente por el devenir de la crisis y el déficit acumulado en el pasado reciente en esta Comunidad
¿Cuáles serían para acabar mis recomendaciones? Pues casi a modo de decálogo estas:
Más visión política de futuro de país propiciando la I+D+i y el conocimiento científico en el Estado y la Región.
Invertir más en Investigación biomédica y biotecnológica, elevando el porcentaje sobre el PIB cada año para reducir la distancia y no incrementarla con los países de nuestro entorno.
Búsqueda de sinergias con otros agentes particularmente la Universidad de Castilla-La Mancha y mayor desarrollo de estrategias, estructuras y proyectos conjuntos, lo que puede conducir a ahorros de costes de funcionamiento de unos y otros (en animalarios, centros de simulación, bioincubadoras de empresas, patentes, etc.).
Fomentar la inquietud investigadora entre los alumnos y los residentes de los Programas MIR,FIR.QUIR,PIR, enfermería y otros desde el inicio de su formación asistencial.
Estimular más la petición de proyectos europeos dentro de los Programas Marco de la Unión Europea, para lo cual se hace preciso un mayor conocimiento de los mismos y cierto nivel de asesoría para su correcta presentación a los evaluadotes.
Simplificar la resolución de convocatorias de las Agencias financiadoras públicas y regionales, la tramitación administrativa de proyectos y agilizar la llegada de los fondos finalistas a sus promotores, exigiendo por otro lado rigor en su cumplimiento.
Agilizar la presentación a los CEIC de los ensayos clínicos y rigorizar la evaluación de los mismos y su tramitación en tiempo “europeo” a la Agencia estatal del medicamento para su aprobación, aspecto este que siempre tiene muy en cuenta la industria farmacéutica en su relación con los centros hospitalarios.
Fomentar el desarrollo de la innovación en ciencias de la salud, tecnologías sanitarias, y sistemas de información y comunicación sanitarios orientada a las nuevas formas de atención de los pacientes, especialmente los afectados por patologías crónicas.
Apostar decididamente por el modelo Fundación de investigación, como instrumento de gestión eficiente de la I+D+i, facilitando el trabajo de los investigadores y siendo estrictamente rigurosos en el control del gasto incurrido a través de sus Patronatos.
Para concluir este breve editorial, creo necesaria la elaboración en Castilla-La Mancha de un nuevo Plan Regional de I+D +i para el periodo 2013-2020, como entiendo ya se plantea el Gobierno regional y la elaboración de un Plan Estratégico de la I+D+i en el ámbito del Sescam, que genere nuevas iniciativas fomentando las sinergias, el mecenazgo entre la población de la Región, la participación de la industria farmacéutica y tecnológica y reilusione a nuestros investigadores y profesionales sanitarios, permitiendo mejorar la competitividad futura de los mismos de cara a la financiación pública y privada de proyectos en mayor medida que en la actualidad.